Comandante del huracán es él,
el rey triunfante,
destructor de pueblos,
comprador de almas, carcajadas y miradas.
El botín de la guerra reparte,
guerra de poder,
de pasta blanca,
de polvo de muerte,
de mortíferas esmeraldas...
Al que tiene más le dan más,
al que no tiene, no se le da nada jamás.
Guerra que nos divide en clases,
en odios viscerales,
y aberraciones criminales.
Guerra en la que el pueblo se masacra,
mientras el rey campante dirige la tropa
altamente custodiado en el cuartel de muerte que es su casa.
Las cartas
Rejas
Tras las rejas contemplo el horizonte,
en la lontananza un hombre sin esperanza,
baleado, apunta su lamento al viento.
Tras las rejas contemplo la sangre correr por los cerros,
ríos de sangre, llevan los cuerpos al mar,
tras la carroña ladran los perros.
Tras rejas de impotencia contemplo,
la patria suicida recorre con demencia el tiempo,
hombres hermanos destrozan su cuerpo.
Mar estéril,
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